Chasis de pletina (aligerado).
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Para ahorrar tiempo y trabajo se pueden juntar ambas planchas por medio de remaches o tornillos en zonas que luego deban ser desechadas para que no queden taladros no deseados. También pueden servir algunos pequeños puntos de soldadura cuidando que el calor no las abarquille o deforme. De esta forma ambas piezas serán mecanizadas iguales y a la vez.
Insistir en que el marcado debe ser muy exacto, especialmente en los taladros de amarre de los bloques de los cilindros, soporte de los sectores y muy especialmente para los rebajes rectangulares que alojarán las guías de las cajas de grasa, cuyas líneas centrales además deberán tener una separación idéntica a la distancia entre los centros de las cabezas de las bielas acopladas o la de los propios ejes (es lo mismo), sin olvidar que a veces dichas distancias pueden variar de un eje a otro atendiendo al diseño de la locomotora. Si se utiliza una fresadora, un elemento muy deseable es disponer de una regla electrónica fijada en la mesa de la máquina, la cual indicará el avance exacto de la mesa permitirá que la herramienta haga un corte perfecto y así evitar errores.
En ésta misma etapa se hacen todos los taladros, cortes, recesos o aperturas de huecos necesarios que luego se retocarán a mano si fuera necesario. El proceso termina separando las planchas y quitando todas las rebabas e imperfecciones. También se han de preparar las planchas que conformarán los testeros, y cuyo mecanizado es similar a los largueros antes descritos.
Se fabrican seguidamente los tirantes intermedios que pueden ser hechos a partir de castings que habrá que mecanizar previamente, o bien con trozos de pletina gruesa (unos 10 m/m), y que pueden tener diferentes formas. Su misión es mantener los dos laterales fuertemente unidos y a la distancia adecuada para conformar el bastidor de la máquina. También pueden servir luego para fijar otros elementos como tuberías, bombas, etc. El corte puede ser hecho de manera similar a los largueros del bastidor, o bien serrarlos a mano con el arquillo, siendo también muy recomendable terminar su mecanización con la fresdadora
Para montar el bastidor se emplea una superficie bien plana (vidrio grueso, mármol, etc), colocando los laterales boca arriba e intercalando y fijando los tirantes por medio de tornillos que muchas veces van avellanados en las caras exteriores para no interferir con las ruedas u otros mecanismos. La soldadura también puede usarse, teniendo en cuenta los posibles inconvenientes de no poder desmontar el chasis o de deformarlo por el calor. Se termina con el fijado de los dos testeros, normalmente por medio de 4 ángulos con tornillos y tuercas, o bien con remaches de hierro en caliente. De nuevo aparece la posibilidad de usar a soldadura, con todas sus ventajas y también inconvenientes.
Durante el montaje es importante verificar que el chasis mantenga un perfecto asiento sobre el mármol, comprobando continuamente que tanto las aberturas para las guías de las futuras cajas de grasa, como los propios testeros quedan bien alineados y a escuadra, ya que lo contrario impedirá el giro suave de las bielas acopladas, o desajustes en las distribuciones.
Una vez montado y comprobado todo el conjunto, puede ser un buen momento para imprimar y pintar el bastidor.