APLICACIÓN.-
Para taladrar suele ser suficiente con aportar regularmente un poco de aceite de corte tanto con una aceitera de mano como con un pincel empapado en una lata o pequeño contenedor. Basta con aplicarlo en la zona de corte o lateralmente sobre la herramienta, cuidando que ésta no cace el pelo del pincel. Éste sencillo sistema dá también buenos resultados en pequeños trabajos tanto de fresado como en el torno.
Si el mecanizado es de mas entidad, el aceite podrá ser aplicado empleando una bomba de circulación con una conducción flexible que termine en una boquilla final de caudal regulable, y dirigiendo el chorro sobre la zona de corte. En este caso la máquina deberá disponer de una bandeja de recogida para poder recuperar el fluido. Éste regresará a la bomba a través de un colector con filtro de rejilla fina para retener las partículas, seguido de un tubo de plástico para ser reutilizado de nuevo.
Si no se dispone de una bomba se puede habilitar un contenedor colgado de forma segura sobre la máquina, y llevar el líquido por gravedad a través de una cánula de plástico con una boquilla final regulable y bien sujeta para que no la cace la máquina o la herramienta. Las de tipo hospitalario son baratas y pueden servir para este propósito.
Para mecanizados grandes, especialmente en el torno, se emplea la taladrina o refrigerante soluble al agua. Puede usarse también en los taladros fresadores, aunque normalmente con el aceite suele ser suficiente, evitando así derrames y salpicaduras. La taladrina se compra en latas de 5 litros y se ha de mezclar a ser posible con agua destilada para evitar el cloro.
A menos que el fabricante diga lo contrario, se mezcla en una proporción de entre el 4 y el 8%, o bien una parte de taladrina por seis de agua. Ésta mezcla producirá una emulsión de color lechoso que retiene el suficiente poder lubricante y antioxidante, y con un efecto refrigerante muy superior al del aceite.
La aplicación puede ser igual que en el caso anterior, tanto con una bomba de recirculación, con un recipiente por gravedad o con un pincel para trabajos mas reducidos. De la misma manera que en el caso del aceite de corte, la máquina deberá contar con una bandeja de recogida para devolver el fluido a un contenedor de almacenaje. El chorro de mezcla debe dirigirse sobre la zona de corte que humedecerá también el resto de la pieza, produciendo refrigeración residual en las zonas adyacentes.
Al contrario que con el aceite de corte que permanece inalterable, la taladrina es un producto complejo derivado de la mezcla de varios componentes. Si la mezcla con agua permanece mucho tiempo inactiva puede descomponerse debido a una serie de bacterias anaeróbicas que producen mal olor. Lo mejor es revisar la proporción de mezcla de cuando en cuando y retirar la capa superficial aceitosa que pueda formarse, o bien removerla a menudo para evitar que se decante.
Este producto evita la oxidación si la proporción de la mezcla es adecuada, ya que trás la evaporación del agua quedarán sus aceites sobre las superficies de la máquina. Aun así, y debido a que siempre puede quedar algo de humedad en zonas inaccesibles, es conveniente secar bien las guías y otros elementos del torno o de la fresadora con papel de taller, y engrasar después con un buen aceite a pincel o mejor aun en espray.
Referente a la cantidad de lubricación o refrigeración que se deba aportar al mecanizado, debe tenerse en cuenta que hay materiales mas blandos que producen menor temperatura, mientras que otros como los aceros, y especialmente el acero inoxidable pueden llegar a poner las superficies al rojo vivo por lo que requerirán de mas caudal. Sin embargo otros materiales deben mecanizarse en seco. La siguiente tabla indica que tipo de lubricante o refrigerante es el más idóneo para cada material.
LUBRICACIONES RECOMENDADAS.-