MÁQUINAS DE TALLER
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NOTA PRELIMINAR:
Algunos temas como las herramientas, mecanizados y lubricación son comunes a varios tipos de máquinas de taller, por lo que vienen tratados con mas extensión y detalle en varias secciones específicas para los mismos.
EL TORNO.-
Actualmente la oferta de tornos es muy amplia en cuanto a tamaños y fabricantes, y algunos a precios bastante asequibles. Aparte de los industriales, y que las mas de las veces quedan fuera del alcance o interés del aficionado medio, los hay grandes de pedestal con bancadas desde 1,5 metros, y otros mas pequeños de mesa de varios tamaños, y que no por ser menores son menos precisos.
En cualquier caso es sin duda la máquina-herramienta más versátil que existe, permitiéndo ejecutar infinidad de trabajos, mencionándo aquí solo los datos genéricos más importantes.
El torno tiene dos medidas esenciales: la longitud de su bancada y el diámetro máximo de torneado, éste último se obtiene midiendo entre el centro del cabezal fijo y la base de la bancada multiplicado por dos.
Una bancada de entre 50 y 100 Cm de longitud es suficiente para trabajar la mayoría de las piezas en modelismo, mientras que el diámetro de torneado es mejor que no sea inferior a 15 Cm.
Las bancadas lisas son poco recomendables por el riesgo de errores en el mecanizado. Las prismáticas (solo una de ellas o mejor ambas) son mucho mas duraderas y exactas.
Hay tornos con cambio de velocidades por poleas que hay que cambiar cada vez que se desea variar la velocidad de giro, cosa mas que frecuente durante los trabajos de mecanizado. Para evitar engorros lo mejor es que dispongan de una caja tipo Norton para elegir rápida y cómodamente la velocidad adecuada al trabajo a realizar (siempre a máquina parada).
La mayor parte de los tornos sencillos llevan otra cascada de engranajes que hay que cambiar cada vez para elegir el tipo de roscas a realizar. Los más completos efectúan estos cambios por medio de una caja de cambios. En todo caso y cualquiera que sea el modelo, el torno deberá disponer, como mínimo, de la posibilidad de tallar roscas métricas y withworth.
Sus accesorios más usuales son:
- Cabezal de amarre de tres garras reversibles, auto-centrable para material redondo.
- Cabezal de cuatro garras reversibles para piezas cuadradas o de formas irregulares.
- Plato de amarres para piezas pesadas o imposibles de amarrar con los dos anteriores.
- Luneta de tres puntos para fijar sobre la bancada y poder estabilizar piezas muy largas evitando errores por flexión.
- Luneta de dos puntos movible para montar sobre el carro.
- Dos puntos fijos, uno para el cabezal fijo y otro para el cabezal móvil.
- Un punto giratorio para el cabezal móvil.
- Un porta-brocas para el cabezal móvil.
Sus funciones principales son cuatro: el torneado exterior, el refrentado, el cilindrado y el tallado de roscas tanto interiores como exteriores.
El torneado consiste en el rebaje longitudinal y exterior de una pieza, mientras que el refrentado es una operación similar pero en sentido transversal. Finalmente el cilindrado o mandrinado es similar al torneado pero por la parte interior de una pieza, por ejemplo un cilindro.
Casi todos los tornos disponen de un avance automático para el movimiento del carro a lo largo de la bancada para tornear y para roscar. Los más completos también disponen de avance automático transversal para los refrentados.
Las herramientas de corte mas usuales pueden ser de acero rápido, widea o de chips desechables, y todas a su vez para tornear y refrentar tanto a derechas como a izquierdas, y por último las de cilindrar y cortar.
Las de acero rápido se afilan en la clásica muela de piedra gris, y las de widea en piedras especiales que suelen ser de color verde, respetando siempre lo dicho a fin de no estropear o crear ranuras en las ruedas esmeriles.
Los chips desechables (redondos o de tres puntas) no se pueden afilar una vez gastados.
Los tornos son máquinas muy exactas, y para conservar ésta característica nunca hay que forzarlas. Si tenemos alguna pieza demasiado grande para sus posibilidades, vale mas la pena encargarla puntualmente a alguien que disponga de una máquina mas robusta.
Mantener siempre un esmerado cuidado para evitar accidentes, y tal y como se mencionó en algún apartado anterior, nunca usar ropa holgada u objetos que puedan enredarse al girar la máquina, y jamás dejar la llave de ajuste puesta en el cabezal. Este gesto, bastante común en los novatos, es muy peligroso pues al volver a ponerlo en marcha la llave saldrá escupida a gran velocidad pudiendo producir graves heridas, o cuanto menos dentar para siempre la bancada del torno, nuestra mejor herramienta.
Por todo lo anterior, comentar que el torno es siempre la joya del taller. Es una herramienta cara, delicada y que debe ser cuidada, limpiada y bien engrasada después de cada trabajo, protegiendo la base de su exactitud, y que no es otra que su bancada prismática.
LA FRESADORA.-
Las fresadoras son máquinas de cierta complejidad, normalmente grandes y bastante caras. Aunque es posible llevar a cabo algunos fresados con el torno, existe sin embargo la opción de adquirir un taladro-fresador, herramienta robusta y relativamente económica que ofrece conjuntamente las opciones del taladro vertical, y las de la fresadora al disponer de una mesa de coordenadas (o sea, con desplazamiento longitudinal y transversal), con ranuras para amarrar las piezas a mecanizar y teniendo la posibilidad de instalarle un alimentador eléctrico de avance.
Es una buena herramienta, parecida al taladro vertical pero mucho mas potente y robusta, ideal para el modelista por su sencillez de manejo y que cubre perfectamente todas las necesidades de mecanizado. Suelen ser de tamaño mediano y de sobremesa, aunque por su peso (entre 300 y 500 Kg.) deben estar bien amarradas y reposar sobre una mesa o pedestal adecuados también para evitar vibraciones.
Dispone de un cabezal con cono morse para montar portabrocas, mandrinos y otros ejes o árboles porta-pinzas para sostener fresas frontales y de otros tipos. También admite la instalación directa de árboles especiales para alojar fresas de planeo y similares.
Pueden tener cambio de velocidades por medio de poleas o por caja tipo Norton, aunque también se puede montar un variador electrónico para gobernar el giro del motor.
Su base dispone de una mesa larga con ranuras longitudinales para amarrar una mordaza, o bien sujetar directamente las piezas a mecanizar por medio de tuercas en T, tornillos y tirantes o pletinas.
La mesa dispone de movimiento manual tanto frontal como longitudinal, aunque a algunas de ellas se les puede instalar un dispositivo de avance automático longitudinal con regulación de velocidad.
El cabezal sube o baja por medio de una triple palanca manual con cremallera (como los de un taladro de columna), o bien puede ser embragada y su cremallera controlada por un volante de precisión que crea un descenso vertical lento y muy controlado (modo fresadora).
También se le puede instalar en el frontal una pequeña regla digital que nos dará una lectura exacta de la profundidad del corte, tanto fresando como taladrando.
La fresadora se emplea básicamente para planear (obtener superficies amplias y lisas con fresas de planeo o mandrinos), o para mecanizado vertical o lateral, ranurado y creación de chaveteros, entre otros (por medio de fresas frontales).
Nunca sostener una fresa en un portabrocas tradicional, ya que ésta tenderá a aflojarse, dar errores en el trabajo y seguramente romperse.
Para sujetarlas será necesario disponer de un árbol o eje especial donde se pueden alojar unas pinzas circulares de diversas medidas para sujetar firmemente cada fresa. Podemos adquirir solo las pinzas de los diámetros que necesitemos, ampliando su número a medida que las vayamos precisando.
El taladro fresador también admite la instalación de un mandrino, un árbol o eje con cono morse que dispone al final de un robusto terminal que permite el alojo de herramientas de corte parecidas a las del torno, pudiendo efectuar un ajuste exacto lateral y de profundidad, creando así una herramienta volante que sirve tanto para planear como para crear piezas redondas o mecanizar arcos, entre otras cosas.
El uso del mandrino requiere que la herramienta sea gruesa y robusta, la profundidad de corte ligera, y adecuar la velocidad al trabajo a realizar (normalmente giro lento).
ESMERIL ELÉCTRICO.-
Es una herramienta imprescindible para el afilado de brocas, herramientas del torno y similares. Su precio suele ser económico, aunque siempre que se pueda debe invertirse en una máquina potente, tal y como la experiencia nos dice.
Pueden instalarse fácilmente sobre cualquier superficie o mesa, siempre y cuando queden bien atornilladas para evitar vibraciones.
La emplearemos para afilar herramentas de torno, brocas, etc. Las fresas no se afilan a menos que uno sea un experto. Normalmente las frontales se desechan y solo se llevan a afilar aquellas (de planeo o similares) que por su elevado precio merecen la pena.
Muchos modelistas empleamos también el esmeril para desbastar piezas. Dado que son máquinas económicas, es un buen consejo disponer de dos, una para los trabajos bastos, y otra exclusivamente para los afilados de herramientas, evitando así que los bordes de las piedras se ranuren o deformen.
Al afilar no hay que forzar la pieza hacia la piedra, Es mejor dejar que ésta se abra camino poco a poco, y enfriarla constantemente en un bote con agua o taladrina que tendremos siempre al lado de la máquina. Si dejamos que el roce del afilado eleve mucho la temperatura, la herramienta se quemará produciendo las clásicas manchas azul oscuro que deberemos eliminar con mas afilado pues habrán perdido el temple y no cortarán adecuadamente.
El afilado es todo un arte en si mismo y que requiere algo de práctica, debiendo respetar todos los ángulos que la herramienta deba presentar para obtener un buen corte.
Las brocas son un tema diferente, ya que ambos lados deberán quedar iguales y con el ángulo correcto según el material a taladrar. También se pueden adquirir pequeñas máquinas eléctricas para el afilado de brocas de hasta unos 13 m/m de diámetro, y que dan muy buenos resultados, especialmente cuando aún no se tiene suficiente práctica .
TALADRO VERTICAL.-
Aunque si bien un taladro-fresador es una herramienta ambivalente que suple muchas operaciones de mecanización, disponer además de un taladro de pié o vertical supone una gran ayuda y ahorro de tiempo en el taller.
Es una herramienta bastante económica, disponible en muchos tamaños y que siempre será una buena inversión. Si por ejemplo, durante un proceso de mecanizado cualquiera se deben alternar trabajos tanto de fresado como de taladrado, el cambio de los utensilios requerirá siempre cierto tiempo, además de perder los ajustes efectuados en la máquina.
Es por tanto una pieza muy versátil que amortiza su precio rápidamente.
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